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Melatonina y Salud Cardiovascular: Cuando la Información se Malinterpreta

Por Sonia Pérez Canales. Medicina Genómica y Asesoramiento Genético – Nutrición de Precisión – Microbiota y Longevidad CEO & Fundadora de Genetic Factor Longevity

11/5/20253 min leer

En los últimos días, varios medios han difundido titulares que vinculan el consumo de melatonina con un supuesto aumento del riesgo cardiovascular. Sin embargo, detrás de esos titulares hay un matiz que rara vez se explica al público: El estudio en cuestión es observacional, no experimental, lo que significa que detecta asociaciones estadísticas, no causas directas. Esto es importante, porque en salud la diferencia entre correlación y causalidad cambia por completo la interpretación de los resultados.

El verdadero mensaje detrás del estudio:

El informe no demuestra que la melatonina provoque daño cardiovascular, sino que las personas que suelen tomarla de forma habitual ya presentan mayor riesgo previo de; trastornos del sueño, estrés crónico o alteraciones metabólicas. Es decir, no enferman por la melatonina, sino que recurren a ella porque su cuerpo y su sistema nervioso llevan tiempo desequilibrados.

En dosis fisiológicas (de 1 a 5 mg diarios), la melatonina es una molécula segura y con amplias propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y reguladoras del sueño y del sistema inmunitario. Solo en dosis muy elevadas y sostenidas (por encima de los 10 mg durante largos periodos) podrían valorarse riesgos, especialmente si existen patologías previas o automedicación sin control profesional.

Por qué este tipo de noticias confunden:

La desinformación en torno a los suplementos no es nueva. Con frecuencia se presentan estudios sin explicar el contexto ni el perfil de las personas analizadas. Y así, una molécula beneficiosa puede quedar injustamente señalada, generando desconfianza en la población y en quienes realmente la necesitan bajo indicación médica.

Esto no ocurre solo con la melatonina: Podría aplicarse al magnesio, la vitamina D, los probióticos, etc…. Una mala interpretación puede convertir una herramienta terapéutica útil en un motivo de miedo o rechazo.

Lo que debemos recordar:

1. Las noticias sobre suplementos o fármacos deben leerse con mirada crítica: No todo lo que “se asocia” implica una causa. 2. Los estudios observacionales sirven para generar hipótesis, no para sentenciar efectos adversos. 3. La seguridad depende de la dosis, del tiempo de uso y, sobre todo, del estado de salud de la persona que los consume.

Conclusión:

La melatonina sigue siendo una herramienta válida y segura cuando se usa con criterio profesional. Lo que verdaderamente debemos atender es la raíz del problema —el estrés, el insomnio y los ritmos de vida que alteran nuestro equilibrio interno—, y no demonizar aquello que puede ayudar a restaurarlo. La ciencia avanza con datos, pero la salud real se construye con discernimiento.


Recomendación profesional:

En cualquier caso, lo más apropiado es consultar siempre a un profesional de la salud antes de iniciar o mantener una suplementación. Tan perjudicial puede ser automedicarse como autosuplementarse: Ambas prácticas pueden generar desequilibrios, interferencias con tratamientos, o incluso falsos efectos placebo en determinados grupos de población.

La suplementación, cuando está bien pautada, tiene un propósito terapéutico claro: Acompañar un proceso fisiológico o clínico concreto, con dosis, tiempos y combinaciones adaptadas al estado actual, al progreso y al objetivo final de cada persona.

Por eso, la decisión correcta no es “tomar algo porque está de moda”, sino recibir una indicación personalizada, con seguimiento y ajuste, de un profesional cualificado que conozca la historia, los biomarcadores y las necesidades reales del paciente.

En definitiva, el propósito de suplementarse no es sumar productos, sino recuperar equilibrio.

La divulgación responsable no solo informa: Protege. En un tiempo donde la sobreexposición a titulares puede confundir más que educar, mi labor es ofrecer claridad, contexto y criterio, para que la información en salud sirva realmente a las personas y no al miedo.

Mi propósito como profesional de la salud, en constante colaboración con laboratorios científicos y equipos especializados, y como CEO & Fundadora de Genetic Factor Longevity, es continuar tendiendo puentes entre la ciencia y la práctica clínica, traduciendo la complejidad de los datos genómicos y nutricionales en herramientas reales de prevención y bienestar.

Creo firmemente que el conocimiento solo tiene sentido cuando se comparte con ética, rigor y humanidad, y cuando ayuda a cada persona a recuperar el equilibrio desde la comprensión y no desde el miedo.


Sources:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25908646/